4 de Junio de 1808, una columna francesa sale de Barcelona en dirección al interior. Pretende forzar el paso del Bruc, allí los patriotas españoles han preparado una emboscada que resulta un exito. Los franceses terminaron retirándose con más de 300 bajas y un cañon perdido.
14 de Junio, segundo intento por parte del ejercito francés de forzar el paso, los defensores se han fortificado y rechazan de nuevo el envite galo. Los franceses terminan retirándose.
Existe una leyenda sobre esta retirada que atribuye el mérito a un pastor, demasiado joven para combatir, que con su tambor marchaba en cabeza del contingente español. Ayudado por la orografía de la sierra de Monserrat, que aumentó el sonido del tambor, el eco del instrumento indujo a los franceses a pensar que se les venía encima una formación mucho más grande. Lo que desembocaría en su retirada.
En el lugar existe un monumento y una inscripción que dice:
"Viajero, para aquí, que el francés también paró, el que por todo pasó no pudo pasar de aquí."
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