viernes, 25 de julio de 2008

El cántaro “milagroso” de la Madre Rafols

Cuenta la leyenda que la religiosa Madre Rafols, abnegada protectora de los heridos y enfermos durante la guerra de los sitios de Zaragoza portaba un cántaro milagroso que siempre llevaba agua. Dice la tradición que en los peores días del asedio, cuando las acequias de la ciudad habían sido cortadas por el invasor para agobiar aún más a la afligida población sitiada, e impedir la sofocación de los pavorosos incendios que asolaban las ruinas, la Madre María Rafols siempre encontraba en aquel cántaro agua fresca con la que aliviar a los heridos. Y por más que repartiera, nunca se agotaba.

Podéis visitar el cántaro en: el Convento‑noviciado de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana en la calle Madre Rafols número 13. En su casa de los humildes recuerdos se ha reproducido la habitación conventual de la Madre rafols, hoy destruida pero con los muebles auténticos. Se guardan además, piezas de incalculable valor testimonial: los instrumentos de cirugía y algunas vasijas de loza del antiguo Hospital de Ntra. Sra. de Gracia, (de ahí las iniciales H.G. que llevan grabadas) volado por los franceses el 6 de febrero (la mitad ya había sido destruido en los bombardeos del 3 de Agosto)

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